Un niño de 9 a 18 kilos puede empezar a viajar de cara a la marcha (aunque
expertos en materia de seguridad infantil recomiendan prolongar la colocación en sentido contrario, al ser mucho más segura para la cabeza del menor en caso de colisión).
Cuando decides que el niño viaje
cara a la marcha es mucho más sencillo tenerlo todo bajo control. Puedes emplear el espejo retrovisor del vehículo para echar un ojo al niño, aunque mucho más sencillo es la de utilizar el espejo infantil. Se coloca en la parte de delante, justo debajo del otro retrovisor de forma que tengamos una doble visión (por un lado la carretera y por otra el menor). Resulta especialmente útil cuando viajamos solos con el pequeño.
Incluso, si el niño es grandecito puedes dejarlo como espejo de diversión en el coche, en la cuna o el parque. ¿Sabías que a a los niños les encanta verse reflejados, hacer muecas y reirse?